Esguinces de tobillo y propiocepción



Propiocepción =           Propio = de uno mismo       +       Cepción = conciencia


El esguince de tobillo es una lesión muy frecuente en la población. Es una lesión fácil de hacerse ya que se puede producir por una simple torcedura de tobillo.

Durante la torcedura, los ligamentos que mantienen nuestro tobillo estable no tienen suficiente fuerza para mantener el cuerpo y sufren un daño en las fibras, pero sin ruptura total.


La propiocepción en el pie nos permite darle una mayor capacidad de respuesta a los movimientos del pie. Con este tipo de ejercicios se mejora nuestra habilidad para poder movernos de forma correcta, sin riesgo a reincidir con los esguinces.

Una vez se ha sufrido un esguince la posibilidad de que se repita es muy probable ya que muchas veces no se recupera correctamente. Muchas veces se quita el dolor, la hinchazón y se recupera la movilidad, pero no llega a recuperar la propia conciencia del pie en relación con la posición como y donde lo apoyamos. Por este motivo queda inestabilidad en el tobillo.

Los ligamentos ofrecen resistencia al movimiento anómalo (son como unas cuerdas que impiden que los huesos se separen más de la cuenta) y nos informan sobre la posición de la articulación y producen una respuesta que nos protege ante la tensión excesiva evitando así una posible lesión. 

Tras la lesión la articulación queda desorganizada por lo que perdemos la estabilización refleja de la articulación y contribuye a que la lesión se reproduzca.  Cuando nos hacemos un esguince de tobillo los ligamentos quedan distendidos. Esto hace que envíe señales alteradas a nuestro cerebro y este enviará una información errónea a nuestra articulación de tal manera que es más fácil volver a tener un esguince. 

Si el cerebro no tiene información acerca del entorno, no podrá generar la respuesta adecuada y por lo tanto puedes lesionarte si este envía una información equivocada. 

Con el trabajo propioceptivo reducamos estas estructuras y favorecemos unas respuestas correctas.  

Aúnque no somos conscientes de todas las estructuras con las cuales estamos formados por dentro (músculos, tendones, ligamentos), estas están llenas de receptores que reciben información de lo que sucede y le envían esta información al cerebro para que la procese.  De esta forma el cerebro envía información a cada una de las estructuras y nos permite movernos de forma correcta. 

Los ejercicios propioceptivos ayudan a recuperar el equilibrio y la coordinación que se ha perdido con la torcedura de tobillo y en la que se lesionaron las estructuras. Estos ejercicios de propiocepción deben tener un orden gradual a medida que se va cogiendo destreza se deberán ir dificultando progresivamente. 

Antes de ponernos a realizar estos ejercicios se tiene que tener claro que:
-  Se tienen que hacer bajo la supervisión de un fisioterapeuta (ya que se puede apoyar el pie incorrectamente y agravar la lesión).
-  No se mejora haciendo 2 o 3 ejercicios (se necesita constancia hasta que haya una buena readaptación del equilibrio y la coordinación).
-   No dolor (si hay dolor es que lo sobre esforzamos y podemos lesionarnos más).
-   La articulación principal que se debe mover es el tobillo (no la rodilla ni la cadera).
-  Se debe hacer descalzo (para tener mayor capacidad de movimiento y flexibilidad).

Algunos de esos ejercicios son:

Tumbado en la camilla:
a) Hacer movimientos de llevar la punta del pie hacia nosotros, hacia el suelo.
b) Dibujar con el pie los números, lo más grandes posible, articulando el tobillo.
   

 


De pie primero en una superficie regular y posteriormente en una irregular:
a)      Hacer el dibujo de los números tocando la punta del pie en el suelo.

Caminando:
a)      Marchar apoyando los talones.
b)      Marchar de puntillas.
c)      Marcha con apoyo en el borde interno y externo del pie.
d)     Apoyo solo con el pie lesionado en el suelo primero en un plano estable y luego en uno inestable.
   





Si necesitas más información puedes contactar con nosotros en los teléfonos 972513021 o 640923890 o directamente en nuestro centro en la c/ Víctor Català, 9-11 de Figueres.

Escrito por:

CRISTINA GARRÓ
Fisioterapeuta en el Gimnàs i Centre de Fisioteràpia Magiesport  
Col. nº 11806